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Cinco vías que “desenrroñecerán” las habilidades de los trabajadores
17.9.07


Desde la prehistoria han existido formas jerárquicas de organización de la sociedad que permiten su desarrollo y organización. La lenta evolución de estas formas no hacen sino reforzar la idea que tienen sus miembros de que no existe modelo alternativo posible y se traduce en resignación. La empresa, como no podía ser menos, se basa--al menos en el modelo tradicional y todavía fuertemente arraigado--en el mando, la asignación de tareas concretas a realizar y la gestión vertical. Dos de las consecuencias de este modelo han sido comentadas recientemente en “ Lógico, discapacitados para emprender” por Consultoría artesana en red; Julen se fija en la incapacidad para emprender y el “enroñecimiento” de esas habilidades para decidir con tu vida laboral en la forma en que lo haces diariamente en la privada. Es la esclavitud que crea una falsa certidumbre.

Muy lentamente esa realidad está evolucionando. Basta con pensar que muchas empresas están comenzando a afianzar los valores y la ética como principios de gestión mediante la responsabilidad social corporativa y la sostenibilidad como dos grandes ejes de actuación. En las escuelas de negocios se apuesta por un modelo mediterráneo de gestión que se oponga al anglosajón y su cultura de la eficacia y se trabaja con los futuros ejecutivos sobre la idea de que las personas son humanos que utilizan recursos. Algunos dirán que son palabrerías y teorías para proyectar una imagen más humanizada del mundo empresarial, pero lo cierto es que muchos de sus empleados y directivos empiezan a explorar esos campos.

El cambio es inevitable. Al menos existen cinco vías para comenzar a arreglar esa situación en la empresa. Todas requieren de una mayor o menor paciencia y respetar las demoras:
  • que alguien con poder y decisión en la empresa apueste decididamente por convertirla en eso que Peter Senge llama la “organización inteligente”;
  • que la empresa, en su afán de crecer y lograr una ventaja competitiva, decida asumir su presencia en un mundo globalizado y se decante por volver la vista a las multitudes inteligentes y la colaboración de igual a igual. Esto conlleva ineludiblemente la rotura de la organización vertical.
  • como ya hemos citado en varias ocasiones, algunos responsables de equipo o miembros destacados de esos equipos son personas emocionalmente inteligentes que están intrínsecamente alerta e interesadas por los demás. En este caso, creen fieramente en el “salario emocional” y cuanto mayor responsabilidad tienen en el escalafón, mejor hará sentir a aquéllos con los que trabaja y no dudará en potenciar sus habilidades, hacerles participar, lograr colaboraciones de alto grado de éxito y darles mayor o menor grado de libertad;
  • la participación y colaboración en la red está llevando a que emerja un nuevo poder que se interesa, opina sin tapujos y se organiza. Ejemplos como los movimientos contra el DRM cuya presión social obligó a la distribuidora a retirar el sistema de sus cedés y a reemplazar aquéllos que ya se habían vendido en las tiendas porque utilizaba técnicas de rootkit es un ejemplo claro de ese poder. De momento sus actividades están dirigidas a las grandes multinacionales pero no cabe duda que la “capilaridad” empresarial terminará afectando a las más pequeñas conforme gane fuerza el movimiento y pase tiempo.
  • esperar que las generaciones que “pasan” de la unidireccionalidad de la televisión y prefieren la participación y la colaboración en internet lleguen a esa edad en que deben tomar responsabilidad en la empresa. Estas personas han sido criadas en un mundo en el que han disfrutado de contenidos--incluso los han creado con otros colegas agrupados en centros de interés--y cuesta creer que se adapten al modelo vertical de empresa cuando asuman cargos importantes en las empresas del futuro.

Esta evolución es inevitable. Ni es apocalíptica ni está dirigida por nadie o va contra nadie sino que nacen de los paradigmas de cada uno y del poder de comunicación y colaboración de todos. Es inútil buscar causas subyacentes u ocultas en el rumbo que está tomando esa evolución. Es una consecuencia lógica de los avances tecnológicos de los últimos veinticinco años que han puesto las bases para cambiar radicalmente el concepto de trabajador y empresa.

Lo único que debe preocupar es que parece haber poco tiempo para sobrevivir o sucumbir.

| Categoría: Consultoría | Etiquetas: wikinomics Senge valores emprender habilidades reto colaboracion participacion |

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3 Comentarios:

El 9/18/2007 08:27:00 a. m., Blogger Julen Iturbe-Ormaetxe tuvo la amabilidad de comentar aquí:

Bueno, no sé si estamos ante un cambio de paradigma (tantas veces viene el lobo que luego ya no hay manera de creerlo), pero sí que es cierto que son posibles nuevas formas de hacer las cosas en las empresas ahora. Sin embargo, sigo manteniendo una actitud mezcla de incredulidad y necesaria fe en que las personas sean lo que realmente importa en las empresas.

 
El 9/18/2007 08:42:00 a. m., Blogger amalgamadeletras tuvo la amabilidad de comentar aquí:

Yo creo que nos dará tiempo a verlo 'in situ'... Me suelo hacer este razonamiento:

Grandes teóricos de la economía y la empresa (A) = Años 10
Expansión de los mercados, multinacionales... (B) = Años 40
Aparición del PC (C) = Años 70
Internet (D) = Años 90
Web 2.0 (E) = Año 2000

Una simple resta nos da:

B - A = 30 años
C - B = 30 años
D - C = 20 años
E - D = 10 años

A mi me gusta tener siempre un 'puntito' de incredulidad y análisis de gurús críticos como Nicholas Carr favorecen a ello.

De todas formas, si falla la web 2.0 ya están por ahí hablando de la 3.0

 
El 9/26/2007 11:05:00 p. m., Anonymous Anónimo tuvo la amabilidad de comentar aquí:

Muy interesante esto también,

te remito, si tienes tiempo, a la lectura de estos posts:

Festina Lente.

Results Only Working Environment).

Por otro lado, algo parecido a lo que aquí cuentas lo hemos puesto nosotros en práctica en nuestro estudio de arquitectura gracias al revolucionario software de gestión Basecamp: el resultado ha sido sencillamente es.pec.ta.cu.lar.

Saludos cordiales, AM

 

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