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Razones para aceptar un nuevo empleo
29.10.06


Hace unos días, un ex compañero de consultoría dió el salto y decidió cambiarse de empresa. Siempre ha dicho que los proyectos en los que participaba duraban poco, a lo sumo un año o año y medio, en el mejor de los casos. Esto le dejaban un sabor agridulce porque tras, dejarse las neuronas y la piel en cada uno de ellos, tenía que darlos por finalizado y no le permitían constatar las consecuencias futuras que para el cliente reportaría su trabajo. Decía que era como tener decenas de hijos y ni podía verlos crecer ni tampoco sabía si terminarían descarriandose o convirtiéndose en algo grande.

Pero, ¿qué parámetros ha utilizado para aceptar el trabajo en el que se encuentra ahora? Argumentando que es difícil clasificar los factores, me comentó algunos en el siguiente orden (más o menos).

Sin lugar a dudas, las posibilidades de desarrollo profesional es el arma más importante para atraer a un empleado. Cualquier estudio, noticia, oferta de empleo o encuesta lo ratifica. Para el trabajador es necesario tener expectativas y, si éstas forman parte de un buen proyecto empresarial, mejor aún.

Muchos trabajadores dicen que, cada vez con mayor frecuencia, existe mayor coherencia en la política de Recursos Humanos y que los incentivos, ascensos y premios que se ofrecen en multitud de anuncios como reclamo publicitario, responden a una realidad. Dejando al margen la temporalidad, esto es importante en un mercado laboral en el que la estabilidad en el puesto también es prioritario para los responsables de la empresa.

El trabajador agradece todo ello y que sus relaciones con los responsables incorporen claridad sobre lo que se espera del primero. Además, el empleado si se lleva bien con el jefe, es muy probable que éste tenga la misma actitud para el resto del equipo, lo que redunda en un buen clima de trabajo. Por tanto, el responsable tiende a cuidar su estilo de dirección de los equipos.

Otro aspecto importante es que el talento de cada uno de ellos se reconozca y el equipo escuche y reconozca las ideas de cada uno de ellos.

Llegado a este punto el empleado puede confiar en la Alta Dirección de la compañía y que sus mandos directos atenderán imprevistos familiares, necesidades de formación continúa que pueda desear y que la empresa parezca organizada y engrasada.

Sin embargo, es curioso que otros temas importantes como la retribución variable, el prestigio o los horarios ya no sean tan importantes para el empleado.

La reflexión final que me hizo fue que si éstas eran, más o menos, las razones para aceptar un puesto de trabajo también deben ser las que provocan la fuga de talentos en muchas empresas.

Y razón no le falta.

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>> Publicado en Categoría: Consultoría

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