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“Morir para ganar. Las estrategias del terrorismo suicida“ de Robert Pape
16.6.07


Bajo este sugestivo título, el politólogo Robert Pape, profesor de la Universidad de Chicago y presidente del “Chicago Project on Suicide Terrorism” analiza 315 ataques suicidas ocurridos en el mundo entre 1980 y 2003 y estudia los factores estratégicos, sociales e individuales que explican esta creciente amenaza.

Pape resuelve que la gran mayoría de los ataques terroristas suicidas que se producen tuvieron lugar durante campañas políticas o militares. El terrorismo suicida está unido a “la ocupación extranjera y a la reacción que esa presencia militar extranjera plantea en la comunidad local”, afirma el autor. Enarbolar la bandera de la religión como guía de los actos terroristas es una formalidad y no la justificación a esos hechos. Así ha ocurrido y ocurre en los últimos grandes conflictos que siempre están originados en intereses económicos (petróleo), territoriales y políticos (Israel e Irlanda del Norte) o étnicos y nacionalistas (Balcanes y la antigua URSS).

Concluye que el objetivo de los grupos terroristas que inmolan a sus seguidores son más estratégicos que religiosos: obligar a las democracias invasoras a retirar las tropas o cesar en sus actividades políticas de acoso. Según Pape, “las campañas suicidas son principalmente nacionalistas, no religiosas, ni particularmente islámicas”. Esto es especialmente cierto en casos como Palestina, Chechenia y Cachemira.

El grupo terrorista tiene muy claro dónde debe reclutar a sus suicidas y en qué estrato social debe extender sus redes. La crueldad de las minorías incendiaras que están detrás del terrorismo suicida es extrema. Necesitados de atentados con muchas víctimas y con fuerte repercusión mediática, buscan suicidas entre los ciudadanos normales, entre aquéllos que pertenecen a una sociedad pasiva, adormecida, en estado de dejadez y de fácil manipulación. El suicida no suele ser un activista. Y se detiene en tres casos, Mohammed Atta, el ideólogo de los atentados del 11-S, Dhanu, la jóven embarazada y miembro del grupo terrorista “Los Tigres de Tamil” y Saeed Hotari, de Hamas.

El terrorismo suicida, cuando es aplicado contra democracias, funciona. Pape opina que el terrorismo suicida será derrotado si Occidente:
  • evita que las futuras generaciones de jóvenes vivan en conflicto como sus padres;
  • analiza de forma independientemente cada foco de conflicto y no como parte de una política común para la zona;
  • abandona la idea de que el fundamentalismo islámico sólo pretende la dominación del mundo;
  • establece alianzas con fuerzas locales más moderadas;
  • mantiene su capacidad de desplegar rápidamente las fuerzas militares como medida de persuasión.
+info: Entrevista con Robert Pape [Universidad de Berkeley] | Biografia [Wikipedia] | ¿Se evitará la cuarta guerra del Golfo? | Turquía: un polvorín a las puertas de Europa | Terror yihadista |

>> Publicado en Categoría: Sociedad y Política

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