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El Tata Nano, ¿un futuro quebradero de cabeza para Europa?
14.1.08


El nuevo coche de Tata, el Nano, se comercializará en la India por unos 2.500 dólares. Su llegada a Occidente no se producirá al incumplir, entre otras, las normas sobre emisiones a la atmósfera, carecer de frenos antibloqueo, airbags y las vigas de seguridad que protegen a los pasajeros. Tata dice que implantar estas soluciones para poder comercializarlo en Occidente le costaría unos 900 dólares por unidad.

En definitiva, por unos 5.000 o 6.000 dólares (aproximadamente 3.800-4.500 euros) podríamos tener en Europa el Tata Nano, un vehículo orientado exclusivamente a la conducción urbana, de velocidad no superior a 100 km/h, 600 cc, 33CV, un consumo de 12 litros/100 kms y limitada a cuatro plazas, principalmente. No puedo dudar de que sería un éxito de ventas y cientos de miles de jóvenes, trabajadores que no requieren realizar grandes desplazamientos y amas de casa--es el primer segmento en que pienso como destinatario de este vehículo--se apresurarían a comprarlo.

Tampoco hay que olvidar que Tata ya tiene una red de distribución y comercialización en Europa y nadie está dispuesto a perder oportunidades de negocio aunque, en un principio, niegue la mayor. La patronal española del automóvil se ha apresurado a comunicar que nuestros clientes “prefieren coches más caros y de mejores prestaciones que los de bajo coste”.

Pidiendo disculpas por la simplificación que mi análisis pueda contener, pero vislumbro algunos “quebraderos de cabeza” que podría provocar un éxito de ventas del Tata Nano--si finalmente se comercializara por estos lares--a las autoridades europeas y el sector automovilístico tradicional:

  • rompería los cánones de los precios de los vehículos en Occidente. Esto exigiría políticas de revisión de costes, estrechamiento de márgenes y beneficios (si cabe), una mayor presión sobre las fábricas y suministradores occidentales en favor de la deslocalización;
  • podría aumentar el número de vehículos en circulación en pocos meses con consecuencias tanto positivas (aumento de los ingresos por impuestos de circulación, la existencia de un nuevo segmento de clientes que redundaría también en los precios de los vehículos existentes, un acceso más temprano de los jóvenes a la conducción con un vehículo con la consecuencia de tener mayor experiencia cuando adquirieran otro de mayor cilindrada y velocidad... ) como negativas (mayor consumo de carburantes cuando la gasolina es un bien escaso, caro y del que conviene reducir la dependencia, un aumento de accidentes y sus consecuentes incremento del precio de las primas de seguros y de los costes sanitarios que conllevaría, entre otros).

Los gobiernos occidentales deberían tener en cuenta el problema de los atascos y la saturación de las vías públicas en las ciudades. Esta demanda excesiva a corto plazo debería acarrear una revisión en la gestión de los recursos que utilizan los vehículos europeos (la denominada “tragedia de los bienes comunales”). Es más, las autoridades debería tener en cuenta que cualquier medida que se tomara en este último aspecto sería efectiva a medio plazo frente a una demanda a corto (y el consiguiente cabreo del ciudadano).

En este aspecto, cabe recordar que los mercados no funcionan como sería deseable cuando se trata de producir bienes públicos, de los que siempre hay mayor demanda que oferta. Tradicionalmente, el mercado y la producción, utilización y gestión de los bienes públicos están “peleados” entre sí.

La solución fácil, y menos liberal sería que los gobiernos “tiraran” de política fiscal y gravaran con impuestos específicos (al contrario de lo que hacen ahora con los de gran cilindrada en aras de la ecología y el cambio climático) a este tipo de vehículos. La justificación para hacerlo estriba en que una de sus funciones es regular y solucionar aquéllos problemas que el mercado no está capacitado para hacerlo y creo que el panorama antes descrito lo exigiría.

En consecuencia, acercarían el precio del Tata Nano a los precios “tradicionales” con la excusa de reducir los incentivos que tienen las empresas (Tata) y sus consumidores (los clientes finales) para explotar esos bienes públicos limitados y garantizar la libertad de oportunidades del resto (es decir, la de los que ya llevan tiempo utilizando sus coches de precios “tradicionales” en esas vías públicas). En consecuencia, el consumidor y su bolsillo parece tener las de perder si el Nano decidiera venderse en Occidente.

Pero, los gobiernos, ¿no deberían asegurar la libre competencia?

| Categoría: Sociedad y Política | Etiquetas: India macroeconomia juventud clima energia gobierno globalización UE |

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4 Comentarios:

El 1/13/2008 09:31:00 p. m., Blogger mpiryko tuvo la amabilidad de comentar aquí:

Después de conocer el precio de la hora hombre de taller de algunas marcas, me gustaría un coche de usar y reciclar. Quien lo haga se come el mundo de la automoción y quien los recicle, el mercado de segunda mano.
Con los combustibles europeos de bajo contenido en azufre, el consumo podría bajar a 4 L/100 Km.
¡Salud!

 
El 1/15/2008 06:39:00 p. m., Blogger Ekaizen tuvo la amabilidad de comentar aquí:

El movimiento de Tata ha sido, a mi juicio una jugada maestra. Parece que con el lanzamiento del Nano, puede adelantar a otros proyectos low-cost como los de Renault-Nissan o próximos lanzamientos de Toyota.
Es de suponer que, como bien dices, traiga consecuencias para los consumidores a medio-largo plazo. Y esperemos que sean positivas.
Saludos :)

 
El 1/15/2008 06:59:00 p. m., Blogger Senior Manager tuvo la amabilidad de comentar aquí:

Hay que tomar en cuenta que este coche es también altamente contaminante y que su uso podría estar restringido en Europa y EEUU...No obstante, considero que Tata ha dado un paso importante en el abaratamiento de un bien que no es siempre accesible a todos lo que no deja de ser un buen golpe bajo para las multinacionales del automóvil carentes de conciencia social y de principios económicos...Aún no sé si la salida al mercado de este coche represente algo bueno o malo.

 
El 1/18/2008 06:49:00 a. m., Blogger amalgamadeletras tuvo la amabilidad de comentar aquí:

@mpiryko - Creo que el mercado tiene asumido la necesidad de coches de 'usar' y tirar. Como todo, necesita una demanda mínima y que resuelvan el tema de la sostenibilidad del automóvil, clavo ardiendo al que ahora está agarrándose toda la industria.

@ekaizen - Estoy de acuerdo completamente. Después de que la industria asuma la lucha contra la contaminación, creo que el 'low cost' será otro de sus objetivos.

@senior - El Nano, en cualquier caso, como bien dices, es 'aire fresco'.

Gracias por vuestros comentarios.

 

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