El término “killer app” puede parecer despectivo para una aplicación informática; sin embargo, es un honor ya que se refiere a aquéllos programas o protocolos cuyo uso se popularizó rápidamente y han terminado limitando la aparición de otras nuevas o han “ahogando” a las que ya estaban en el mercado.

Aplicaciones de este tipo son Winzip, el servidor web Apache, Acrobat Reader o protocolos como http, tcp-ip, ftp, ssh, pgp... Unas cuantas más estuvieron muy cerca de conseguir ese título como es el caso de Internet Explorer, Kazaa o eMule, Messenger, WinAmp... y algunas todavía luchan por convertirse en una de ellas (MySQL, Skype, el buscador y la aplicación Earth de Google, YouTube, eBay, Amazon, Last.fm...)

¿Podríamos hablar de “killer companies” para citar a esas empresas que se han mantenido en el olimpo de la calidad y el crecimiento permanente gracias a un producto o servicio determinado que lleva en el mercado décadas?

Puestos a elucubrar, y sin ser muy exigentes, bastaría con que esos productos o servicios siguieran siendo un referente en el mercado gracias a su constante evolución o al mantenimiento de su calidad y atractivo para el consumidor. No evitarían la existencia competidores aunque sí los limitarían. Gracias a su calidad, cuota de mercado y potencia de marca, la empresa disfrutaría de una posición dominante en el mercado o segmento en el que compiten sus productos. Esta podría ser una definición inicial aunque habría que matizarla y concretarla más.

Afortunadamente, la ventaja competitiva eterna, en forma de producto, no existe aunque puede mantenerse durante mucho tiempo. Para ser reconocida como una “killer company” habría que trascender más allá del producto o servicio con el que se adquirió fama. Además de evolucionar ese producto o servicio, sería necesario haberlos gestionado adecuadamente durante décadas para mantener esa ventaja que, de otra forma, podría haberse esfumado.

Con las debidas precauciones y sin ánimo de establecer un debate, merecerían ese título TetraPak, Kimberly-Clark (Kleenex), 3M (Post-It), Bayer (Aspirina), Tex (Goretex), Dupont (Lycra y Teflon), Velcro, Lego, Kellog's (Corn Flakes)...

Un ejemplo: bastantes fabricantes venden notas adhesivas, pero pocas duran tanto tiempo pegadas, su papel tiene la consistencia suficiente para no deteriorarse y los colores son tan conseguidos como los Post-It, un producto que lleva más de tres décadas en el mercado.

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