En el área del aprendizaje en la empresa, Peter Senge es uno de los gurú en la materia gracias a su libro “La quinta disciplina”. Particularmente interesante es el capítulo dedicado al pensamiento sistémico, los simuladores sistémicos--concretamente de Stella--y el análisis de situaciones reales en empresas cuyos ejecutivos tomaron decisiones erróneas que pudieron evitarse si hubieran aplicado el pensamiento sistémico.

El pensamiento sistémico nace a la sombra de la Teoría General de Sistemas y es una forma de entender cualquier situación, problema o actuación como un sistema complejo y dinámico en el que todos los componentes están conectados con todos.

Los simuladores sistémicos o de sistemas dinámicos facilitan la toma de decisiones en muchas disciplinas (empresa, medio ambiente, relaciones sociales, comportamiento...) mediante la representación de cómo interactúan entre sí diferentes sistemas dinámicos.

A grandes rasgos, para abordar un problema complejo en un simulador sistémico hay que acotarlo previamente definiendo aquéllas variables que influyen en su comportamiento. Luego se define una hipótesis dinámica y se construye el modelo en el simulador. Mediante la modificación de cada una de las variables se pueden observar las relaciones de causa-efecto a lo largo del tiempo.

Este tipo de programas también son utilizados para prever el resultado futuro de una decisión que podría tomarse en el presente.

El primer simulador fue diseñado en la década de los cincuenta por el padre de la Dinámica de Sistemas Jay Forrester y fue denominado Dynamo. Este es el mas clásico en materia de simulación dinámica de sistemas y sirvió de referencia para otros paquetes que salieron al mercado en los noventa como Witness, Stella, Powersim e i'Think.

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