Es más, los chavales de entre 12 y 29 años consideran las nuevas tecnologías, el uso del Messenger y de redes como Tuenti como bienes de primera necesidad que refuerzan su independencia con respecto al mundo exterior, lo que ha provocado cambios en la forma de socializarse.

Esto puede causar incertidumbre a los padres y todos aquéllos que no forman parte de The Thumb Generation o la generación del pulgar. Sin embargo, debería servir para que los padres aprendan e investiguen con sus hijos y pierdan ese miedo a lo desconocido, a la vez que estos tutelan y transmiten también sus conocimientos sobre la vida cotidiana y faciliten al menor de una brújula. Es decir, estaríamos ante una oportunidad de complementar dos aspectos actuales de la vida de dos generaciones diferentes: lo digital y la vida real.

Es cuestión familiar encontrar el punto medio entre el entusiasmo del jóven y el miedo de los padres en el sentido del uso responsable de estas nuevas tecnologías. Sin dudar de los grandes beneficios que reportan estos avances tecnológicos, ya sea en términos lúdicos, pedagógicos o sociales, el control y gestión paternos parece una medida ineludible que deben entender los jóvenes. Así llevan años recoméndandolo UNICEF, que aprovechó el día del Internet Seguro 2004 para publicar su e-Decálogo y Naciones Unidas (pag. 11).

Por otro lado, los contenidos en línea disponibles para estos jóvenes son especialmente escasos y, los existentes, están orientados por fines mercantilistas, circunstancia ésta nada objetable. Por eso, las administraciones deben reforzar el fomento de sitios con objetivos educativos y de entretenimiento más racionales; también en su órbita, pero sin olvidar el ámbito familiar, debe proveerse de información suficiente respecto a la seguridad en línea. | Foto: artshooter |