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El Síndrome de la Caseta (I): el paradigma de la llamada
1.4.09


Transcribo una reflexión que me envían desde una caseta de ventas inmobiliaria en Madrid. Su autor asegura que tendrá su continuidad semanal.

Se han eliminado referencias personales para mantener la privacidad de todos los que aparecen en estos pildorazos de la vida de un comercial inmobiliario desplazado por las diferentes oficinas de información de las promociones que comercializa su empresa:

Inicio aquí una serie de reflexiones que he venido a llamar "El Síndrome de la Caseta". Para los que no lo sepáis, mi hermano y cuñada llaman así a los efectos perjudiciales en la salud psicológica que tiene estar encerrado en una casetucha de ventas como la mía, y a las consiguientes paranoias, ideaciones y delirios que produce tan penosa situación.

Hoy, en el capítulo I, vamos a hablar del arranque de la "llamada tipo", es decir, el "paradigma" o esquema-base que tiene la llamada de un sujeto cuando llama a un teléfono de información de una promotora de viviendas.

Nótese que todos los comentarios están realizados en base a cientos de llamadas que el autor viene realizando durante los últimos cuatro años de experiencia profesional. Aquí nada es inventado. Todo científico y empírico.

--- Buenos días, le habla S.P., de (Urbis, Colonial, Habitat, la que sea...) ¿En qué puedo ayudarle?

--- UHHHHHHH

(Primer síntoma del preguntante inmobiliario español: jaquecas, desorientación, sonidos guturales. Acaba de llamar a un teléfono de información, y sólo es capaz de emitir un graznido, es sintomático, ni siquiera es capaz de decir buenos días.)

--- Sí, aquí S.P., ¿qué desea?

--- UHHHHHH. MIRE.... YO..... A VER... QUERÍA UN POQUITO DE INFORMACIÓN...

(Bien. Impresionante. El autor de este estudio no sabe exactamente cómo el 99,9 por ciento de las llamadas, contienen exactamente el anterior sintagma. De todo este tiempo atrás, miles de llamadas han repetido lo mismo. Es como si el ser humano fuese ABSOLUTAMENTE predecible. Ya puedes ser rico o pobre, de Boadilla, Torrejón o Vallecas, joven o viejo, culto o iletrado... ¡TODOS DICEN LA MISMA FRASE PARA EMPEZAR LA CONVERSACIÓN! Pero nótese un detalle importante: dicen "un poquito" de información. No dicen información, a secas, ni toda la información. Siempre, en repetidas veces a lo largo de nuestro estudio, todos hacen referencia a UN POCO, o UN POQUITO, dependiendo de lo cursi del hablante, DE INFORMACIÓN. Nuestra conclusión es clara: esto responde a la timidez del preguntante inmobiliario español. Llaman, pero no quieren molestar, así que se conforman con "un poquito de información".

--- Bien, para asesorarle mejor, dígame, ¿de cuántos dormitorios busca la vivienda?

---- UHHHH. MMMMMM. DE DOS A TRES DORMITORIOS.

(Teta. Esto es otro de los “leivs-motivs” del oficio del “vendepisos”. De dos a tres???? De dos a tres???? Alguien conoce un piso que tenga de dos a tres dormitorios???? Porque esto sí que es claro. O tiene dos o tiene tres. Pero de dos a tres es materialmente imposible, no hay manera de construir un piso que ni tenga dos, ni tenga tres, sino que tenga de dos a tres. Además, en otro orden de cosas: ¿acaso uno no sabe de cuántos dormitorios necesita una casa? ¿Acaso no sabe uno cuántos hijos tiene, cuantas camas hay que colocar, cuántos cubiertos pone uno en la mesa? Vamos, que o necesitas dos, o necesitas tres. Pero eso "de dos a tres" suena a mofa y a pérdida de tiempo.
| Foto: pmatamoros |

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