El ave fénix de las empresas es Apple. Es dificil encontrar una empresas con tantos perídos gloriosos y que haya lindado la quiebra. “Cuando va muy bien, va muy, muy bien. Y cuando va mal, se hunde. [...] Lo bueno de Apple Computer, Inc., son sus productos. Lo malo de Apple es que no se parece mucho a una empresa. [...] La estrategia de Apple ha sido, consistentemente, el ejemplo típico del demasiado poco, demasiado tarde. [...] ¿Es posible hacer que el producto sea el rey y el cliente sea el rey? Seguramente no, pero es lo que Apple intenta hacer, una y otra vez.” escribe Jeff Cruikshank, antiguo editor de la revista HBR (1981-1984) y en la actualidad escritor y consultor de comunicación.

En su libro “El modelo de Apple. 12 lecciones de la empresa más innovadora del mundo”, Cruikshank repasa los errores y éxitos del fabricante de ordenadores en doce capítulos agrupados en cuatro categorías: luchar para que que el producto sea el rey, hacer que el cliente sea el rey, romper los moldes del marketing y contar con buenos líderes y con buenos planes. Al final de cada capítulo hay una pequeño resumen a modo de lecciones que se pueden extraer.

Cruikshank extrae retazos en la historia empresarial de Apple para centrarse en aspectos mucho más serios de la gestión empresarial de la empresa de Cupertino:

• el ofuscamiento por los márgenes;
• el innegable acierto de apostar constantemente por la innovación y el desarrollo;
• la fuerte rotación de cargos ejecutivos que abandonaban la compañía tras chocar con Steve Jobs;
• el diseño y la funcionalidad de sus productos como seña de identidad;
• la venta de su interfaz gráfica a la incipiente Microsoft;
• el incumplimiento de muchas de sus promesas;
• los grupos de usuarios como evangelizadores y promotores, aunque también como fuente de difusión de rumores;
• la estrategia de desarrollo de los canales de venta;
• la imagen de la compañía que transmite su publicidad, y
  
• la idea de que los ficheros de sus usuarios deben ser compatibles con las nuevas versiones del sistema operativo, aunque éste haya sido desarrollado desde cero.

Y en la historia de la gestión de cada una de esas parcelas, también hay aciertos y errores.

Especialmente interesante es el capítulo final dedicado a la visión que tiene Steve Jobs de la compañía y que se dirige a 5-10 años vista. Todo ello está plasmado en la “declaración de identidad”, así como en las “indicaciones y valores” de la compañía.

➜ Categoría: Tecnología y Consultoría ➜ Etiquetas: Apple Harvard estrategia diseno innovacion directivo Microsoft