“¿Quién se ha llevado mi queso?” del Dr. Spencer Johnson fue publicado en 1998. Esta sencilla fábula empresarial sobre el cambio se ha convertido en un fenómeno de ventas mundial al vender más de cinco millones de ejemplares--la tercera parte de ellos en China--y ser traducido a varios idiomas. A raíz del éxito, el autor ha publicado diversas adaptaciones entre las que se encuentran una para niños y otra para jóvenes.

Varíos de sus libros son ya auténticos clásicos, como el manual de dirección empresarial “El ejecutivo al minuto”, escrito en colaboración con Kenneth Blanchard.

En "¿Quién se ha llevado mi queso?” aparecen cuatro personajes: dos liliputienses (Hem y Haw) y dos ratones que viven en un laberinto (entorno) y buscan el queso con el que alimentarse (éxito y felicidad). Todos se ponen en camino hasta que encuentran el preciado alimento que comen hasta que se acaba. La abundancia les lleva a volverse arrogantes y establecer rutinas en su viaje diario para comer queso. Un día, los ratones descubren que el queso se ha acabado y, lejos de sorprenderse y preparados mentalmente para ese momento, se ponen en camino por el laberinto para encontrar más queso. Los liliputienses sin embargo se ven sobrepasados por la desagradable circunstancia y aunque uno de ellos propone iniciar de nuevo la búsqueda, al final se deja llevar por el desconcierto y apatía de su compañero. Con el tiempo, Haw termina abandonando a su compañero y empieza a buscar más queso en el laberinto.

El objetivo de este libro de autoayuda, cuya lectura es rápida y sencilla, es provocar en el lector un constante análisis de su vida profesional, laboral y social y alertarle de que el cambio exige adaptación y búsqueda de soluciones.

Algunos expertos en dirección de empresa han criticado el libro ya que entienden que “perseguir” al queso cada vez que desaparece es una actitud pasiva, que no resuelve el problema, nada recomendable en el empleado de una empresa moderna. Dicen que Haw no tiene más ambición que aferrarse al queso, mientras que Hem sólo desea perseguir a Haw porque le soluciona el problema de la comida. Concluyen que, ante la falta de queso, lo ideal sería buscar la forma de fabricarlo y alejarlo de sus competidores.

Al margen de las polémicas, “¿Quién se ha llevado mi queso?” es sólo una fábula, hay que entenderla como tal y nadie puede negar que es un buen principio para reflexionar y adaptarse a los cambios que constantemente ocurren en la empresa y en la vida.

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