Dirigir a las personas y su trabajo, enfrentarse diariamente con los cambios y encontrar el equilibrio entre la renovación constante y la estabilidad necesaria son tareas propias de cualquier ejecutivo o consultor para con su equipo o cliente. Para ello se necesita una labor de síntesis, inteligencia, voluntad, rapidez y flexibilidad.

Con este enfoque--alejado de la disertación teórica o la sofisticación--Stein repasa las incompetencias directivas--que abren una brecha entre lo que el directivo piensa y lo que sus actos manifiestan--, analiza la toma de decisiones de la alta dirección y promulga que el éxito está en saber dirigir las personas como activos imprescindibles para lograr el cambio.

En resumen, un libro de lectura rápida--apenas un centenar de páginas--que sirve para que sus lectores se replanteen su función directiva mediante un ejercicio de autoevaluación que les aleje de la torpe idea de que dirigir es mandar y les acerque a la moderna idea de que la gestión del cambio en la empresa pasa inexcusablemente por la dirección del equipo y los colaboradores.

«Cambiar forma parte del liderazgo y cambiar antes que los demás significa creatividad... una de las paradojas del líder es que no puede tener éxito sin poseer una fuente de autoconfianza en sus decisiones, pero tampoco puede acertar sin dudar y estar alerta a los errores y a las críticas de sus colaboradores» Guido Stein.

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