Estoy absolutamente de acuerdo con Scriptor en que "ahora habría que hablar algo acerca de qué es lo real y qué deja de serlo. Qué es lo natural, y que deja de serlo".

A ver si consigo explicarme con una claridad meridiana como la que tú utilizas.

En cualquier época, el hombre ha estudiado cómo se forman las percepciones y gobiernan nuestra forma de ver las cosas, lo que es el mundo exterior y su comportamiento. En primer lugar, parece claro el fuerte enraizamiento de las percepciones. En segundo lugar, el progreso y la comunicación han puesto al hombre unas lentes que se interpone entre lo que "ve en el mundo" y "cómo lo interpreta". Por ello, el ser humano debe conocer cómo esos cristales producen una distorsión entre lo que "se ve" y "lo que se interpreta".

Los líderes y poderes que rigen el mundo actual (la política, la comunicación, la economía, el trabajo...), están obsesionados por el éxito, los resultados rápidos, la influencia sin límite, transmitir una imagen atractiva y justificada de las decisiones que toman; todo ello se resume en el limitado abanico de arreglos de tipo social, carentes de calidad, que deben ofrecer al ciudadano, eso que Covey denomina "aspirinas o parches sociales". Es un método superficial de solucionar problemas o cuestiones polémicas y hacer "evolucionar" a la humanidad. Utilizan la atractiva "ética de la personalidad".

Esto es especialmente cierto en el caso de las fuerzas sociales dominantes. Para ellos, y me refiero al "núcleo ideológico" de cada una de ellas, el debate social a largo plazo no debe existir o quedar bastante limitado. El medio para conseguirlo es que la información sobre lo esencial para el hombre se transmite de manera escasa, limitada y con parcialidad. El objetivo que persiguen recurre a esos cristales o lentes: el ciudadano "lo que ve" (la noticias) son "interpretadas de un modo determinado", o al menos de forma distorsionada y menos crítica. Algunos medios están consiguiendo tallar más aún los cristales de la sociedad y forzar al ciudadano a que "lo que ve" sea "interpretado" en la línea que otros desean.

Esta "ética de la personalidad" de los poderes se transmite al lector de periódicos a través de las noticias (temas políticos, sociales, religiosos, culturales, internacionales...) que aparecen en sus páginas. Este tipo de ética (progresista, solidaria, atractiva...) y las lentes que todo hombre tiene entre la percepción y su interpretación, consiguen un terrible efecto en el hombre: que predomine el "mapa mental" que le indica "cómo es la realidad" frente al otro tipo, el que le dice "cómo deberían ser" y que atesora los valores del individuo. Gran parte de la sociedad simplemente da por sentado que el modo en que vemos las cosas (o nos las presentan ciertos medios y poderes, ya que el hombre no puede presenciar todo lo que le interesa con sus propios ojos) "corresponde a lo que realmente son o a lo que deberían ser". Ambos mapas mentales ya son uno sólo.

Doy por sentado que, el modo en que vemos las cosas a través de bastantes medios, promueve la manipulación de nuestras actitudes y conductas, condiciona nuestras percepciones y lucha por influir sobre los paradigmas que rigen nuestra vida, esos principios formados durante años de educación, vida familiar y escolar, vivencias con los amigos, errores, daños, alegrias...

Si queremos un cambio significativo y avanzar en nuestra libertad e independencia, no queda más remedio que trabajar sobre nuestros paradigmas interiorizados, lograr comprender el efecto que producen esas grafas o lentes que la modernidad nos ha colocado y aprender a detectar rápidamente todo aquello que encierra una "ética de la personalidad". Conseguida la libertad, el siguiente objetivo es avanzar con éxito, analizar detenidamente lo que ocurre a nuestro alrededor, buscar soluciones naturales a los problemas y asistir a nuestro entorno mas cercano.

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