La evolución estratégica de la empresa según IBM (I)
28.10.06
Los ejecutivos están absolutamente convencidos de los beneficios de la gestión estratégica de la empresa. En sus orígenes estuvo orientada hacia el entorno, el mercado y la competencia en la que se movía mientras que ahora, los altos ejecutivos tienden a mirar detenidamente el ombligo de su organización. Ya no se trata de aumentar la eficacia o reducir los costes cuando se sufría una crisis, sino de competir mejor y con mayor tamaño aunque la cartera del accionista esté suficientemente llena. Los cambios regulatorios, la competitividad y la vorágine tecnológica están acechando constantemente al empresario y son los tres factores que más le preocupan y le motivan al cambio.
Esto parece exigir que la gestión estratégica se oriente hacia la transformación interna de las organizaciones (personas, estructuras y procesos) para, no ya desperdiciar las ideas y talento de sus empleados y la cultura empresarial, sino para obtenerlas de clientes y proveedores.
Los ejecutivos parecen olvidarse de las cuestiones globales y la macroeconomía para observar a las personas y los agentes (plantilla, proveedores, clientes, consultoras, asociaciones...) que le rodean. Incluso debería plantearse acuerdos de colaboración con terceros (UTEs, joint-ventures, proveedores, acuerdos comerciales...) como medio para obtener una ventaja estratégica. De momento, el ejecutivo parece planificar cómo rentabilizar este camino, pero todavía queda lejos la decisión de tomarlo.
En cualquier caso, la gestión estratégica actual tiende al cambio de la empresa en sus productos y/o servicios, el mercado en que se mueve, la forma de operar y el modelo de negocio. Y de todos ellos, este último es un claro exponente entre lo que supone reinventar el modelo para crear riqueza y crecimiento.
+info: IBM Global CEO Study |
>> Publicado en Categoría: Consultoría
Esto parece exigir que la gestión estratégica se oriente hacia la transformación interna de las organizaciones (personas, estructuras y procesos) para, no ya desperdiciar las ideas y talento de sus empleados y la cultura empresarial, sino para obtenerlas de clientes y proveedores.
Los ejecutivos parecen olvidarse de las cuestiones globales y la macroeconomía para observar a las personas y los agentes (plantilla, proveedores, clientes, consultoras, asociaciones...) que le rodean. Incluso debería plantearse acuerdos de colaboración con terceros (UTEs, joint-ventures, proveedores, acuerdos comerciales...) como medio para obtener una ventaja estratégica. De momento, el ejecutivo parece planificar cómo rentabilizar este camino, pero todavía queda lejos la decisión de tomarlo.
En cualquier caso, la gestión estratégica actual tiende al cambio de la empresa en sus productos y/o servicios, el mercado en que se mueve, la forma de operar y el modelo de negocio. Y de todos ellos, este último es un claro exponente entre lo que supone reinventar el modelo para crear riqueza y crecimiento.
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