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Una diana humana
7.9.06


Hay situaciones que llevan irremediablemente a convertirse en tragedia desde el mismo momento en que se producen. En esta foto, la situación ya es peligrosa de por sí, pero hay algunas circunstancias que aumentan el riesgo.

A bote pronto puede deducirse observando la foto: la posición sentada del portador de la diana; el efecto llamada de sus calcetines blancos; su rostro carente de expresividad que, cual besugo, no parece implorar puntería ni piedad alguna al tirador; la sospechosa inclinación de la diana y su escasa superficie; el punto rojo de la diana que parece haberse caído de su centro situándose cerca del borde inferior y, finalmente, la existencia de edificios tras la valla del fondo que no favorece el que alguna bala perdida hiera a un tercero ajeno al ejercicio de tiro.

Pero lo más desconcertante es cómo el soldado muestra desafiante y en todo su esplendor su entrepierna. Cualquiera que estuviera observándolo tras la mira telescópica estaría tentado de enviarlo al mundo de los eunucos. [Vía]

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