La Chica de la tele recoge el estreno en la cadena de televisión ABC de la versión norteaméricana de Betty la fea. La telenovela, que ha sido producida por la actriz Salma Hayek, ha cosechado buenas críticas y la cadena se ha volcado en una original campaña de marketing que habrá favorecido su inicial éxito.

Esta se ha basado en la irrrupción en lugares públicos de grandes ciudades de mujeres ataviadas con las ropas, peinados y las gafas de la protagonista que fueron convocadas a través de Internet o los teléfonos móviles. La idea de estas concentraciones denominadas smart mob es movilizar el máximo número de personas en un lugar y fecha determinada con fines políticos, sociales, económicos, publicitarios, etc.

En España, la primera convocatoria vía mensajes SMS se produjo el 13 de marzo de 2004 cuando miles de personas fueron convocados a las sedes del Partido Popular a protestar por la política de comunicación que seguía el gobierno popular tras los atentados del 11-M. Anteriormente, la aplicación política de las smart mob ya habían sorprendido en las manifestaciones celebradas en Seattle contra la Organización Mundial del Comercio en 1999.

Una reciente variante, cuyo único objetivo es divertirse, son las flash mob. Estas consisten en realizar un acto absurdo durante un corto espacio de tiempo y desaparecer. Sus orígenes se remontan a 2003, cuando en pleno centro de Nueva York, unas cien personas se citan delante de un gran dinosaurio de peluche en el hall de unos conocidos almacenes de juguetes y se pusieron de rodillas a alabarlo cual dios pagano. En Europa, la que ha tenido más trascendencia se celebré en agosto de 2003. Frente a la tienda de la ONG Oxfam en Corporation Street, Birmingham, un grupo de jóvenes se desnudó mientras cantaban Give it Away del grupo Red Hot Chilli Peppers. La sorpresa del personal de la ONG fué monumental cuando observaron cómo los jóvenes desnudos entraban en la tienda a donar sus ropas y se marchaban.

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