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Ciutadans de Catalunya se declara 'post-nacionalista'
2.3.06


Ayer se presentó el proceso fundacional del que será un nuevo partido político. Ciutadans de Catalunya aglutina a un grupo de intelectuales catalanes entre los que se encuentran el dramaturgo Albert Boadella y el periodista Arcadi Espada. Su vocación es atraer a una importante masa de izquierda que se encuentran descontentos por la actuación del tripatirto en los dos años que lleva en la Plaza de Sant Jaume. De momento, tras la fundación y registro del partido, su horizonte se encuentra en las próximas elecciones catalanas.

Espada define el partido como post-nacionalista ya que pretende superar el discurso nacionalista tan arraigado actualmente en la política catalana. En su manifiesto programático, el partido declara que "sólo tienen derechos las personas" y no los territorios, se autodefine como laico, luchará por el bilingüismo "que ya es normal en la calle" y utilizará "el espíritu crítico y el debate racional". Por último, defenderá la Consitución y sus principios básicos que establecen "que la soberanía reside en el conjunto de la ciudadanía española y no en cada una de las comunidades autónomas".

El nacimiento de una fuerza política que se se encuentre bajo el paraguas de la Constitución y que venga a llenar un hueco y presente clara diferencias programáticas con el resto de los partidos es positivo y una buena noticia. Aunque nadie lo afirma, CdC va a servir de laboratorio en Cataluña para conocer si España está preparada para llenar el hueco existente entre las ideas que defienden populares y socialistas.

Si así fuera, el millón y medio o dos millones de votantes que deciden quién va a gobernar en España, y en cuyas manos está entregar el poder al PP o al PSOE, podrían ver ampliadas sus opciones de voto.

El sistema bipartito español es imperfecto porque el estrecho margen de votos que obtienen los populares o socialistas cuando ganan unas elecciones les exige buscar el apoyo de pequeñas formaciones de ambito regional para sacar su programa adelante. El precio que han pagado los grandes partidos políticos es elevado, daña su popularidad e imagen mientras esos pequeños grupos ganan poder y protagonismo. Estos, sin dejar de mirarse al ombligo durante cuatro años, desparraman una política egocentrista que divide a una sociedad que entiende que un puñado de votos no puede servir para desperdigar insolaridad e hirientes soflamas.

España necesita profesionales en política y no profesionales de la política, suele decir el popular Ignacio de Astarloa. Desde fuera de Cataluña, muchos españoles seguirán con interés la andadura de CdC y soñarán con una formación centrista a nivel nacional, con fuertes apoyos del electorado y que evite que los principales partidos políticos se vean abocados a compartir el poder con formaciones minoritarias cuyo único bagaje es contar con unos cientos de miles de votos.

>> Publicado en Categoría: Politica

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