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Células madre: Harvard consigue aunar ética e investigación
23.8.05


En la Universidad de Harvard han conseguido ‘reprogramar’ células de la piel y el hueso para que se conviertan en codiciadas célula madre o troncales. La técnica consiste en poner en contacto células de la piel con troncales y esperar que las primeras se conviertan en embrionarias. La investigación, en sus primeros estadíos, permitiría a la comunidad científica contar con una fuente alternativa de este tipo de células.

Los científicos de Harvard prosiguen su investigación tratando de extraer el núcleo y ADN a esas células y esperan que conserven su estado embrionario. Si es así, podrán introducir el ADN de pacientes enfermos y obtener avances importantes en la cura de enfermedades degenerativas. El equipo de Harvard reconoce que aún le quedan diez años de investigación.

Hasta ahora la investigación con células madre obligaba a utilizar dos vías para obtener células troncales. El primero consistía en destrozar los embriones sobrantes de las clínicas de fertilización o abortos para extraer de su interior las valiosas células.

La otra posibilidad consistía en hacer una clonación terapéutica: se coge el óvulo de una mujer, se le despojaba el núcleo y se introduce el del donante. El embrión resultante –tras muchos intentos fallidos–se destruía igualmente para obtener este preciado botín celular de su interior.

Los científicos de la Universidad de Harvard no han recurrido a la clonación terapeútica durante la investigación lo que permite considerar su método como más ético y respetuoso con la vida humana, en concreto con la de los embriones.

Harvard ha conseguido, ahora sí, balancear la ética en la investigación con el avance científico y el respeto a los derechos humanos. Por tanto, debemos aplaudir sus resultados y seguir atentamente su desarrollo.

La apertura de esta tercera vía debería permitir a los equipos científicos que utilizan la clonación terapéutica abandonar o reducir drásticamente ese método de investigación para sumarse a la anunciada por la Universidad de Harvard como método para obtener las células para proseguir su trabajo.

Sin embargo, los aspectos económicos como la obtención de patentes, la consecución de premios o galardones y la publicación de resultados en prestigiosas revistas científicas, determinan y guían, con demasiada frecuencia, la investigación. Todo ello es un arma para marcar el ritmo de la investigación y presionar a los científicos y es utilizada por gobiernos, mecenas, financiadores o poderes ocultos habitualmente. Y estos agentes externos a la investigación podrían evitar que los científicos se pasen a la vía Harvard y no abandonen la clonación terapéutica, verdadero crímen encubierto.

Si a medio plazo la vía Harvard obtiene avances significativos y se atisba el éxito final será el momento de legislar la erradicación de técnicas tan destructivas y de nula ética como la clonación terapéutica. La sociedad debería entenderlo así.

>> Publicado en Categoría: Sociedad

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