En todos los casos, las madres eran de nacionalidad extranjera y sus bebés terminaron en manos de los servicios sociales. Afortunadamente a estos niños no les va a faltar un hogar donde vivir ni una familia que los trate como si fueran miembros de ella.

Detrás de estos abandonos se encuentra el miedo a enfrentarse a una vida dedicada al niño, la incertidumbre ante la nueva situación que se avecina, la penuria económica, el desarraigo familiar que pudiera estar viviendo la madre o simplemente el temor a un rechazo social.

Cada vez que se abandona un niño, hay que imputarle a la administración que corresponda la responsabilidad que tiene de no haber protegido suficientemente a ese niño y de haber fracaso en la salvaguarda de los derechos que tiene la infancia y que están por encima de cualquiera otro.

Para sus padres biológicos, comenzará un calvario penal que se suma a la grandísima pena que deja el abandono del bebé.

Y es muy triste pensar que estas situaciones no se habrían provocado si la madre hubieran sabido que el Estado puede brindarle su ayuda y darle una salida honrosa. Pero seguramente, la madre desconocía este extremo. Porque con toda seguridad, en todos estos casos, en los pasados y en los que se produzcan, la madre nunca tuvo esta información.

Hay que informar permanentemente a esos grupos sociales de las posibilidades que tienen de dar una vida mejor a sus hijos y de que la administración puede hacerse cargo de sus bebés, de forma anónima y sin consecuencias ni obligaciones para la madre. Y este esfuerzo tiene que hacerlo las diferentes administraciones estatales, autonómicas o locales.

Se lo merece el niño, lo agradecerá la madre que elude penosas consecuencias penales y lo agradecerá alguno de los miles de padres que hacen miles de kilómetros y gastan una cantidad importante de dinero y tiempo para adoptar un niño en un país subdesrrollado cuando, aquí en España, podrían dar calor, felicidad y amor, a alguno.

La pelota, como siempre, en el tejado del Estado y sus diferentes Administraciones. Cabe recordarselo hoy, en el Dia de la Madre.