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"El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl
21.1.07


Viktor Frankl (1905-1997), neurólogo y psiquatra austriaco es el padre de la logoterapia, una rama de la psicoterapia que mira al futuro del individuo y no tanto a su interior o pasado. Convencido de la omnipresencia del sufrimiento y las fuerzas del mal, Frankl adopta un punto de vista muy esperanzador sobre la capacidad humana para trascender sus dificultades y reconocer aquéllo que le ayuda y orienta para superarlas y huye del pesimismo y antirreligiosidad de otros existencialistas europeos.

«El hombre en busca de sentido» está inspirada y concebida gracias a su experiencia de preso en varíos campos de concentración alemanes; en ellos fallecieron sus padres, hermanos y esposa, embarazada en ese momento. Su obra, con menos de 120 páginas, ya es un clásico de la literatura científica-- más de 10 millones de ejemplares en 24 idiomas-en general y de la psicología en particular, se estructura en dos partes: una autobiográfica relacionada con su paso por los campos de concentración nazis y una sencilla introducción a la logoterapia dirigida a sus lectores profanos.

En los campos de la muerte--pisó Auschwitz y posteriormente a Kaufering y Türkheim, dos campos de concentración dependientes del de Dachau antes de ser liberado por las tropas norteamericanas--perdió todo lo que se le puede quitar a un prisionero, «salvo la última de las libertades humanas: el derecho a decidir la actitud que uno quiere asumir ante cualquier circunstancia, a obrar según nuestra forma de ver las cosas».

El leit motiv de «El hombre en busca de sentido» gira en torno a que, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el hombre debe y puede encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual.

En el libro recuerda permanentemente una cita de Nietzsche: «Quién tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo» y es verdaderamente conmovedor el relato titulado «Cuando todo se pierde» (Pag. 45 y ss., 6ª edición) en el que recuerda a su mujer y descubre que la
«verdad del amor es la verdad más alta y última a que puede aspirar el hombre. [...] Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad--aunque sea sólo momentáneamente--si contempla al ser querido.»
Estos pensamientos los tenía durante una larga caminata de kilómetros por hielo y a trompicones de camino mientras se dirigía a una zanja que un pelotón de prisioneros había comenzado el día anterior.

La logoterapia es una escuela vienesa de psicología basada en la «voluntad del sentido» frente a las freudianas «voluntad del placer» y su psicoanálisis y la «voluntad del poder» de la psicología individual de Adler que, en palabras de Frankl, no supone ni una crítica ni un complemento a estas, sino sólamente una alternativa.
El Dr. Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos, más o menos importanes: «¿Por qué no se suicida usted?» Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Tejer esas tenúes hebras de vidas rotas en una urididumbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia, que es la versión original del Dr. Frankl del moderno «análisis existencial».
Gordon Allport (Univ. Harvard) en el prefacio de la 6ª edición, 1984.
ACTUALIZACIÓN (15 Mayo 2010): Un tuit de TED Talk anuncia la disponibilidad en su web de una charla con Viktor Frankl que data de 1972 celebrada en Toronto en la que habla del sentido de la vida y sus experiencias en los tres campos de concentración nazis por los que pasó durante la I Guerra Mundial. Aquí os lo dejo el enlace.

>> Publicado en Categoría: Literatura

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2 Comentarios:

El 6/17/2008 02:08:00 a. m., Blogger Tutorias FUMYAR tuvo la amabilidad de comentar aquí:

es un libro que recomiendo fervientemente, especialmente a quienes sienten tristeza o melancolía, y lo confunden con depresión. Todos tenemos derecho a tener malos dias, y la obligación de recordar aquellos buenos. Lo que necesitamos es encontrar SENTIDO a nuestras vidas, un por qué estamos acá, y vivos. TODOS lo tenemos, y es una tarea difícil pero hermosa trabajar en su búsqueda.
fiwoelflin@hotmail.com

 
El 8/08/2011 10:58:00 a. m., Anonymous Anónimo tuvo la amabilidad de comentar aquí:

realmente,los "mandalas"de nuestrao ser,son un arma contra el desaliento.

 

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