Ann Radcliffe (Londres 1764-1823) es, junto con Charles Maturin y Matthew Levis, una de las exponentes más importantes de la novela gótica que nace a finales del siglo XVIII . Los tres utilizan la riqueza descriptiva del Romanticismo para escribir sobre las peores pesadillas de un mundo que se encontraba conmocionado por las revoluciones que asolaban Europa. Radcliffe y Lewis conocieron a Lord Byron. Otros maestros de la novela gótica de terror son Edgar Allan Poe, Henry James y Bram Stroker que, con su Drácula de 1897, cierra el período.

En Los misterios de Udolfo se juntan todos las grandes técnicas descriptivas de la época que Radcliffe domina a la perfección aunque, la reiteración y abuso de ellas, puede provocar algo de tedio mientras se lee esta voluminosa obra, de más de mil páginas. Y frente a la trama, algo convencional, las escenas contemplativas y estáticas son las que dan un verdadero valor literario a la novela.

Radcliffe comienza describiendo una idílica vida, la de la familia St. Aubert. Súbitamente, la madre fallece, el padre enferma y se traslada a tierras altas para curar su mal. Durante el viaje encuentran a Valancourt, un joven del que Emily, la única hija del matrimonio, se enamora. El padre muere en un monasterio y se traslada a casa de su tía donde conoce a Montoni quien se enamora de la hija, y por ende, de su fortuna. Emily, con su tía, viajan por Italia hasta llegar al castillo de Udolfo, residencia de Montoni. Allí comienzan a desvelarse secretos, se descubren olvidados y antiguos crímenes, afloran las maldiciones silenciosas y se dejan ver presencias fantasmales, todo ello aderezado con paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas medievales, ocultos sótanos, criptas y pasadizos e inexplicables ruidos nocturnos...

+info: La novela gótica: en el espacio radiofónico Sopa de Letras (29,01.03, PDF) y en la web de la escritora Angeles Goyanes.

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